PARA
REFLEXIONAR…
Aquí os dejo una pequeña
historia que os hará reflexionar, pero al mismo tiempo os dará fuerzas para
continuar vuestros sueños, ilusiones y sobre todo jamás descartar vuestras esperanzas.
Con ello quiero decir, que todo en la vida tiene su recompensa, pues la
lucha que llevemos a cabo en nuestras futuras aulas por una educación mejor,
siempre dará sus frutos.
“Se dice de un hombre que cada día utilizaba
el autobús para ir a trabajar a una población vecina. También subía al mismo
autobús una anciana que llevaba una bolsa. Durante el trayecto, la mujer iba
lanzando por la ventana, a pequeños puñados, el contenido de la bolsa. Cada día
hacía lo mismo.
Un día aquel hombre, llevado por
la curiosidad, preguntó a la anciana qué era lo que tiraba.
-“Semillas de flores”-respondió
la mujer. “¡Es tan triste este paisaje!, me gustaría que fuese un camino lleno
de flores”.
- El hombre le dijo:” ¡Pero si
muchas semillas caen en la carretera y nunca podrás germinar”.
- Ya lo sé-respondió la
anciana-, pero algunas caen en los márgenes y, de aquí a un tiempo, estoy
segura de que florecerán”.
Aquel hombre pensó que aquella
anciana ya no estaba muy bien de la cabeza. Y no se preocupó más de ella.
Un día, al cabo de unos meses,
aquel hombre se dio cuenta de que el borde de la carretera, a todo lo largo del
trayecto, estaba lleno de flores. Entonces se acordó de aquella anciana no la
veía desde hacía muchos días. Preguntó por ella y le dijeron que hacía un mes
que había fallecido. Y pensó de nuevo que aquella mujer había trabajado
inútilmente, porque no había podido gozar del resultado de su esfuerzo. Pero de
pronto, oyó la voz de una niña pequeña que decía con entusiasmo: “Mira, papá,
que flores tan bonitas”.
Entonces, comprendió que la
siembra no había sido en vano. Aquella anciana se había esforzado por dejar su
herencia a los que venían detrás de ella. Dicen que, desde entonces, aquel
hombre viajaba siempre con una bolsa…”